BAJONAZO DE KOEMAN EN LA SUPERCOPA

Realmente no me esperaba este bajonazo, ya que no hay manera humana de encontrar la coherencia de un entrenador del Barça desde ni me acuerdo. Porque se siguen cometiendo fallos en la elección del once inicial, que siempre acaban por perjudicar al mediocampo y, con ello, al juego del equipo. En este caso sigo sin entender que se junte a Messi, Pedri y Griezman en el mismo once, y me la suda que el francés haya enchufado dos goles en la Final. Ha fallado otro y ha pifiado el despeje en la falta del gol que ha costado el partido. Y eso que ha estado menos mal que los otros dos. Pero, para mí, sobra en la titularidad salvo que Pedri esté en baja forma, o que repita muchas actuaciones como la de hoy, que vienen originadas en parte por su físico de juvenil, y en buena parte porque ese trío no funciona.

Y es que dejar el centro del campo al albur de Busquets y De Jong es debilitarlo demasiado, y condenarnos a todos al coñazo de ver una circulación lenta y desesperante de la pelota. Porque Sergio, aunque está en forma, hace tiempo que está lento con balón, y de Jong es muy interesante en lo vertical...y muy irrelevante en lo horizontal. Y como quiera que Koeman parece dispuesto a joder Pjanic, su único hombre con capacidad para variar el ritmo de la bola, y tampoco apuesta mucho por Ricky ni por Aleñá, pues pasa lo que pasa. Que si Messi no aparece (hoy no estaba para dar un solo sprint), y Dembelé, jugador desconcertante pero imprescindible, no la lía parda, pues adiós ocasiones. Para colmo Koeman, que ha permanecido pasivo como un pasmarote soportando el mismo aburrimiento que todos, ha cometido la osadía de retirar a Dembelé justo cuando, por fin tras el 2-1, tenía espacios para destrozar al Athletic. Pa mear y no echar gota. Y retira a Dembelé para sacar a un Trincao que, indefectiblemente, sigue perdiendo cada balón que toca, como si se le hubiera olvidao lo que es un balón.Ya sé que es joven y tiene talento. Pero se tendrá que centrar.

Este es el primer año de verdadera transición del Barça, en el sentido de inyección de juventud en el equipo. Y hay que alabar la valentía de ir dando minutos a chavales que pintan de cine, como por ejemplo Araujo, que me parece un central que puede hacer época en el Barça. Pero ser valiente con parte de los chavales, no le da derecho a sacar un once incapaz de coger la batuta, y menos aún a quedarse parao mientras se aburre tanto como nos aburrimos los demás. 

El Athletic es justo vencedor tras pulirse al Madrid y al Barça. El baño de Marcelino a Koeman ha sido de los de época, en el sentido de que ha maniatado casi totalmente a los blaugrana, y le ha plantao cara yendo p'alante a presionar y con la línea defensiva bien adelantada. Y, como siempre, el Barça es un equipo que, cuando juega mal, rara vez gana, porque no tiene ni la potra ni las ayudas arbitrales del Real Madrid, sino más bien todo lo contrario. Gil Manzano ha puesto su granito de arena permitiendo que Dani García y Muniain terminen el partido, y dejando sin tarjetas repetidos agarrones descarados, de esos que acaban sacando de quicio a quien los recibe, que es lo que le ha pasao a Messi. Como guinda para terminar de verle el plumero, Gil Manzano ha descontado dos minutos cuando no se han jugao ni diez minutos en la segunda parte de la prórroga... Los del Athletic felices, pues ante el Madrid les alargaron 8 minutos, pues ya se sabe que es inconstitucional no apurar lo que haga falta para echarle una manita a los merengues.

Personalmente me alegro de que un equipo grande palme cuando juega como un equipo pequeño. Y eso es exactamente lo que ha hecho hoy el Barça de un Koeman que tiene menos cintura para hacer cambios a tiempo, que la que tenía como jugador, cosa que se podía permitir porque está entre los mejores pasadores en largo de la historia del fútbol. Como entrenador, es inadmisible. Y punto.

Me sabe mal que un año que, para mí, pintaba bien por los Pedri, Araujo, Dest y la recuperación de Dembelé, quede dañado por una derrota tan deprimente. Porque los jugadores, y Messi el primero, huelen la falta de categoría del míster en estos casos, y pierden la confianza que poco a poco iban pillando. Eso enturbia los ánimos y el futuro inmediato de una temporada en la que nadie tenía fe tras el batacazo ante el Bayern. En todo caso, intento huir del pesimismo crónico culé, por mucho que jure en arameo contra entrenadores sin reflejos para alterar las dinámicas negativas en los partidos. Y creo que serán los próximos partidos de Liga y, sobre todo de Champions, los que enterrarán la temporada en cal viva, o nos darán una sorpresa que yo no termino de descartar porque, mientras Messi no tire la toalla, no creo que debamos apearnos antes de tiempo. Eso sí, o Koeman termina de armar un medio campo de verdad, o le va a borrar la sonrisa hasta al lucero del alba.