MILAN 2- BARÇA 0: EL NIRVANA DE LA CAVERNA Y EL APOCALIPSIS DE LOS CENIZOS

No acostumbro a escribir mucho sobre los partidos del Barça, porque suelen ser recitales que el personal se ha tomado como parte del paisaje y ha llegado un punto en el que parece que sea obligatorio asistir a un fútbol de ensueño cada tres días, bailar al contrario, hacerle una docena de ocasiones por partido, otra docena de jugadas imposibles de Play Station, y meterle al menos tres golitos con el bisturí barroco de Messi. Pero cuando, muy de vez en cuando, el Barça no da esa talla, surgen los agoreros culés como setas, mostrando ese fanatismo cenizo que, a la vez que les hace ir de prepotentes sin fronteras en las victorias, les impide ser felices pues tienen pesadillas con el apocalipsis. 

Viven de los tropiezos culés

Y si hablamos de los plumillas merengones de escasa alfabetización, la cosa es de traca. Sacan su faz, estos sí, de HIENAS carroñeras, y se convierten en editorialistas de postín, analistas del fin de ciclo, y dibujantes de defectos intolerables del equipo que habita más cerca de la perfección en la historia del fútbol. Porque ellos “lo veían venir”… jajaja. A todos ellos, tanto a los barcelonistas cenicientos de quita y pon, como a los juntaletras de la Caverna Mafiomerengue, mi más despreciativo corte de mangas.   

Dicho eso, voy a intentar analizar desde mi objetividad totalmente subjetiva lo que yo opino de lo visto en Milan. Para empezar, en un partido existen dos equipos, por si alguno se olvida. En mi opinión hay TRES GRANDES ACIERTOS DEL MILAN. 

La presión se facilita si el césped está mal

El Milan ha planteado el partido como se le hace daño al Barcelona, con una defensa numantina presionando a tope a quien recibe el balón, no simplemente reculando al área, defecto que lucen equipos como el Manchester o el Arsenal y que les lleva a cavar su propia tumba. Si cada vez que un azulgrana recibe, un rival esprinta hasta quedar a un palmo suyo, la cosa se complica pues solamente se soluciona con orfebrería combinativa, o con jugadas individuales cuasi imposibles de los dos únicos capaces de hacerlas: Messi e Iniesta. Ambas cosas, el festival de paredes a la velocidad de la luz y las jugadas dejando 4 tíos sentados, son imposibles con un césped como el de San Siro, absolutamente clave en el encefalograma plano del Barça. O sea, que nadie lo dude, sin la alfombra verde cuasi perfecta, el Barça del último lustro no existiría, y la Roja tampoco.

Cesc... Inoperante en Milan

El Milan no ha rifado apenas balones. Que nadie se engañe. Han sacado la bola jugada con criterio, el Barça no se la ha sabido robar apenas en ninguna zona de peligro, y su 30% de posesión ha sido de más desgaste para los azulgrana de lo que pueda parecer. Y en este punto sí que tiene culpa el planteamiento del Barcelona, y un jugador es clave en ese desajuste: Fábregas. Es un fuera de serie combinando e incluso entrando al área. Y cuando está acertado, aporta soluciones cojonudas para abrir cerrojazos… Pero cuando no encuentra el sitio, cosa que se ve en media horita, es una rémora. Y los es porque Cesc es una apuesta creativa arriesgada que le hace perder al Barça una parte de lo que le ha llevado a la cima: la capacidad de recuperar el balón cerca del área contraria. Eso permite al rival superar la línea de Busquets, y entonces el peligro crece exponencialmente, y los esfuerzos colectivos también.

Tras encontrase con ese gol de churro e ilegal sin merecerlo, el Milan ha sacado el tipo de delantero que el Barça no sabe defender: Niang. Alto, fuerte, hábil para bajar pelotas del cielo y guardarlas… ¿Os suena Drogba, Samaras o Aranda? Pues eso…. Ha fabricado el 2º gol y ha estado más cerca el 3-0 que el 1-2.   

El control ha sido del Barça

Vamos con el Barça. Se ha plantado como siempre, con esa marca registrada que nadie ha conseguido emular, monopolizando la bola totalmente, jugando en la mitad del campo milanista, y rondando el área rival. Pero, por primera vez en años, no ha creado una puta ocasión de gol. Nada que ver con el Chelsea o el Celtic, abonados al milagro inconcebible, ni con el Inter de Mou, beneficiario de Benquerença. Eso quiere decir que nadie tuvo su día… ¿Por qué? ¿Por qué virtuosos del balón que además están en plena forma parecieron jugadores vulgares? Ya lo he comentado antes. Aparte de que el Milan ha defendido de puta madre, su faena se ha visto allanada por un terreno que te obliga a tocar 2 ó 3 veces para controlar la bola. Eso es letal para el tiqui-taca. Y quien lo considere una excusita de llorón, es que no tiene ni puta idea de este jueguecito. Si no ocurre nada raro, el Milan sufrirá 500 veces más en Barcelona, y no por el público, sino por la hierba. Pero que el Milan pueda sufrir lo indecible no quiere decir que el Barça pase… Porque, como ya he escrito docenas de veces, este equipo, aun siendo el mejor con diferencia, tiene dos defectos estructurales que Messi y la excelencia del juego tapan y solucionan casi siempre. A saber:

Estos daban miedo

El bajonazo de clase desde Messi-Eto’o-Ronaldinho hasta hoy ha sido tremendo. El año del sextete estaba Henry. No llegó en su cénit, ni hizo sombra a Ronnie, pero daba pavor a cualquier defensa, y además ese año explotó Leo. El otro año glorioso del Barça, el de la Final de Wembley, tuvimos un  alucinante Pedro que no se ha repetido, y aunque Villa nunca rindió a tope, al menos apareció en momentos clave y aportó bastantes goles. Pero ya casi todo pendía de Messi.  Desde el año pasado, con Pedro lejos de ese estado de gracia casi antinatural, y sin Villa ni Alexis al aparato, el Barça ha apostado por Cesc… y eso lastra la recuperación de la bola. Aun así arrasan el 90% de partidos, pero se depende de Messi absolutamente… Y menos mal que Iniesta está que se sale, pero hace falta un Neymar o incluso un Kun Agüero. La ecuación es Velocidad + Gol + Dribbling. Por cierto, en partidos como ayer habría que haber movido el sonajero con Tello, cuyo descaro se echó en falta.

Nyang ha hecho mucha pupa

Los balones aéreos son un sinvivir impropio para un equipo así. Y no es de ahora, sino desde hace años. Los delanteros que son “tanques” pueden hacerle un traje a este Barça bajando a tierra o cabeceando un pelotazo que baje de las nubes… Este Barça no sabe jugar más que a ras de suelo. El primer gol del Milan vino de una falta originada tras un saque largo de Valdés… Balón aéreo… para ellos. Es un axioma. El segundo gol es otro baloncito, perdido en un saque de banda, que baja al suelo Niang ante Puyol. Piqué, máximo responsable en ese gol, se le queda mirando contemplativamente en vez de ir a por él y no dejarle controlar. El resto lo puso Alves yéndose de su sitio a donde no debía. Ya se sabe de siempre. Con el Barça la tostada siempre cae al suelo por donde está la mantequilla. Cada fallo es un gol... incluidos los fallos arbitrales. 

Mi consejo. No os dejéis marear con que si Xavi ya no es lo que era (12 kms. hizo ayer), o que si a Messi le han cogido el chiste… Me descojono. Es verdad que para seguir instalados en el “no va más”, al Barça le hace falta un central ante quien nadie se plantee siquiera disputar un balón aéreo, y un delantero con regate mortal que acojone a cualquier defensa. Entonces Cesc alternará sus titularidades con descansos de Xavi, que es lo que procede.  Pero mientras eso no se ficha, un campito bien alfombrado sobra para seguir en la cumbre.

Con todo, un partido horroroso como el de Milan debiera servir para que tanto bocachanclas vea que lo acontecido este lustro es probablemente irrepetible. Haber arrasado en 14 de 18 títulos lo dice todo, y más aún que nadie sepa por qué coño no se ganaron los otros 4 habiendo arrasado igualmente. Y algún espabilao a lo mejor se entera de la dimensión de una tal Messi, jugador al que no creo que nadie iguale jamás ni goleando ni asistiendo, y que ha llevado en volandas, desde los 20 añitos para acá, a un equipo de leyenda que mucho hijoputa quiere enterrar porque lo tiene en latín para eliminar al Milan… Se olvidan de que en el Barça hay varios políglotas que, si la bolita rueda como debe, pueden descifrar cualquier jeroglífico, aunque venga en latín antiguo... ¡We can do it!