TITO SE VA: EL ENTORNO CENIZO… EN PELOTAS

Érase una vez un club de fútbol que llegó a la cumbre de la Historia a pesar de obstáculos que serían insalvables para cualquiera. Había sembrado magia en el campo allá por los años 90, gracias a un jardinero holandés, Cruyff, que siempre fue un caradura, pero que había encontrado la fórmula ideal para el vuelo raso del balón, el paradigma del espectáculo en ataque.

Y eso que ni Johann pudo atajar esa maldición que, supersticioso que es uno, creo que habita en Barcelona porque le dan de comer gratis miles de culés de una vena ceniza estúpidamente irrefrenable. Había fichado a uno de los tipos que mejor ha tocado la bolita en la historia del balompié: Ronald Koeman. Su pie derecho era de otro mundo. Llegó con un físico impresionante, capaz de recorrer el campo de área a área, dominar el medio campo, y golear… hasta que se rompió el tendón de Aquiles. Volvía la pesadilla de Maradona o, por asemejarse más en cuanto al cambio físico, de Schuster. Los dos rubios más técnicos de todos los tiempos vieron sus capacidades mermadas, aunque lo suplieron con una clase irrepetible… Y de postre, ¡infarto de Cruyff al canto!  Aun así, el Dream Team creó escuela, tuvo la hegemonía del fútbol europeo varios años, y la derrota en Atenas fue algo inconcebible pues ese Milan de Capello, aunque hizo el partido de su vida, era muy inferior y hubiera perdido 95 de cada 100 partidos contra un Barça a si nivel normal… Pero es igual, nuestros amigos cenicientos ya se encargaron de elevar esa Final por encima de un Barça de época.

Gracias a Dios el país de los tulipanes pare jardineros a granel, y a esa magia con la  que solamente fue dotado Cruyff, se le añadió la visión de cantera de un tal Van Gaal, que no tuvo el privilegio de gozar de extraterrestres como Romario o Laudrup, pero hizo la mejor siembra de producto casero jamás contemplada: Valdés, Puyol, Xavi e Iniesta. Casi nada. Había injertado la columna vertebral que luego ha arrasado por el universo todo con su club y su selección.

Pero este “guiso” tan trascendente necesitó otro neerlandés para completar la receta: Frank Rijkard. De chiripa o no, el fichaje de Davids movió el puzzle y, ¡bingo!, surgió el mejor director de orquesta que haya parido madre: Xavi Hernández. Rijkard parecía fumao, pero sólo Collina le birló esa primera Champions ante el Chelsea de Mou. Si Frank hubiera tenido una pizca de mala leche, ese equipo que perdió en los últimos minutos la Liga de Capello con el Madrid tras tropecientas lesiones de rodilla, hubiera sido preponderante en el mundo con la boina. Tenía la mejor delantera que hayan visto mis ojos: Messi, Eto’o y Ronaldinho. Tras la prejubilación de Ronnie, los cenicientos ya habían enterrado al Barça otra vez.

Llegó Guardiola y, de la mano con Tito, hicieron lo que vemos hoy. Esto que se estudiará en los libros por los siglos de los siglos porque dudo que nadie lo repita. Y eso que el gafe ceniciento no cesó: lesiones de líneas enteras, la tibia de Villa, lo de Abidal y Tito… etc.  ¡Y toda esa trayectoria frente a un equipo con todas la ayudas del mundo y más! 

Pero los augures son inasequibles al desaliento. Fue pinchar el último año de Pep frente a los atracos más burdos que yo he presenciado, y fallar 25 ocasiones de gol claras ante el Chelsea, y los del barcelonismo "negro / coñazo" salieron a la palestra como setas. Que si no hay plan B, que si nos han cogido el truquillo… ¡Pesaos! Anunciaron el fin de los días con Tito. Ni siquiera importaba una primera vuelta pluscuamperfecta. Había que criticar el juego a pesar de jugar sin un puto defensa titular. Como la temporada pintaba de cine, con Messi en la estratosfera, los profetas aguardaban expectantes algo que les diera la razón. Pertenecen a ese grupo de gente nacida para sufrir, que necesita que la vida se ajuste a su tétrico guion. Son de la peña del “ya te lo decía yo”. Y estamos rodeados señores, porque los hay en todos los órdenes de la vida. Como dice una canción, “no pueden evitar ese infierno que inventan, repleto de cosas perdidas…”

Y además de profetas, son jueces por vocación. Su última sentencia declaró a Tito Vilanova "inútil total" por no haber superado la plaga de lesiones vitales ante el Bayern. Pintado de “anti canterano” cuando su mayor orgullo ha sido dirigir a los Messi, Piqué y Cesc cuando eran unos críos. Y tachado de embustero y  traidor… ¡por no recibir en silencio esa hostia sin sentido que le soltó Guardiola culpándole de no haberle visitado más en Nueva York…!

A todos ellos les pediría silencio. Sus augurios son estúpidos. Sus intentos de lapidación de determinados jugadores tras cada tropiezo son vomitivos. Y lo más importante, esas opiniones escupidas con el único objetivo de acoplar por cojones la realidad a su apocalipsis mental, no aportan nada más que suciedad al día a día, pues necesitan alimentarse de un guerracivilismo capcioso para apoyarse en uno de los bandos que, inocentemente, creen que da cobertura a sus ideas, cuando lo único que busca Laporta, como Rosell, es el Poder.

Desde aquí seguiré dispuesto a hablar de fútbol lo que haga falta, sin más límite que la educación y huir de amarguras artificiales. Compadezco a una parte de cenizos crónicos. Pero a la otra, a los que os guía la mala folla, os declaro mi más profundo desprecio. Sois una cocktail barato de pesimismo patológico, desconocimiento del fútbol, y leche de la mala. Por mucho que deis la tabarra, la historia del Barça desde los 90 para acá jamás se adaptará a vuestros falsos relatos, porque ha sido un camino hacia la gloria que ha convertido a este equipo en el más legendario de siempre. Por eso es referencia universal. Y lo es a pesar de maldiciones, y de gentecilla que necesita cortar cabezas y finiquitar ciclos como quien respira. Quizás debierais seguir un blog titulado como el de la imagen... No lo sigo pero me ha hecho gracia el título. Os va como un guante, aunque algún día, con vuestro nieto en las rodillas, veréis cuánto tiempo habéis malgastado en ensuciar lo más límpido que vislumbraréis en vuestras atormentadas vidas como aficionados.

 

Ojo. No me considero mejor persona que ninguno de vosotros. Para nada. Ya he dicho varias veces que no tengo elementos para opinar de Tito. No cae tan bien como Pep, pero es mucho más clarito hablando, y lleva lo suyo con una entereza tremenda. Ya sé que todos le deseais lo mejor. Y que sois libres de opinar sin que os influya su problemón. Pero una cosa es opinar, y otra es fusilar a un tío por no haberlo ganado todo habiendo vivido media temporada en oncología, y teniendo lesionado a Messi en el mes clave, algo que Guardiola no sufrió...

Retiro lo del desprecio. Perdón. Simplemente me aburrís. Me pareceís esos gafes sin los que a lo mejor Menotti aún estaría entrenando al Barça y disfrutando de la noche barcelonesa, pues jamás hubiera visto como unos tacos asesinos truncaban la carrera blaugrana de la pareja más brillante de su generación: Diego y Bernardo.  En fin... Yo os aconsejo que disfrutéis de este equipo sin par, alejéis el gafe de vuestros pensamientos, y guardéis la cizaña para tanto hijoputa suelto, que hay dónde elegir… creo yo. ¿Es mucho pedir?