RETO IRONMAN… CUANDO EL DEPORTE NO ES FÚTBOL NI ES PROFESIONAL

Me voy a  apartar por un día del fútbol, del Barça, del Madrid, de los malos efluvios procedentes del sorteo de la Champions, y de la madre que parió a los tertulianos que vegetan en los antros de la TDT. Me apetece hablar del deporte amateur, y más concretamente de las disciplinas que requieren llevar al cuerpo al límite de sus capacidades. 

Todos conocemos gente que se machaca nadando, o pedaleando, corriendo, remando, escalando…etc. Todo aquel que se entrena para superarse a sí mismo con todas sus fuerzas sin más recompensa que su satisfacción personal, merece respeto y, en mi caso, la envidia de quien, tiempos ha, acostumbraba a estar en forma y ahora se ha abandonado con el maldito stress como excusa barata.

Hay que completar dos vueltas como esta nadando (3,8 km)

Pero si hay algo que rompe mis esquemas es que una persona que nunca fue más allá de jugar como amateur a fútbol y a fútbol sala, decida de la noche a la mañana prepararse, en lo que dura un embarazo, ¡para correr el Ironman de Lanzarote! Y para quien no lo sepa, la competición supone lanzarse al mar para nadar 3.800 metros, salir del agüita salada para meterse al cuerpo 180 kilómetros rompepiernas en bicicleta, y una vez que uno se libra del sillín de la bici que se le ha clavado hasta lo más profundo del hueso sacro, y con los gemelos como una morcilla de Burgos, pues hay que correr una maratoncita de nada, o sea, 42 kms, ¡por la gloria de mi madre!… ¿Es pa fusilar sin juicio al que gracioso que parió la prueba o no?

Óscar entrenando para esos 180 km, de Lanzarote

Y por eso me he saltado el tema futbolero hoy. Porque ni cuando yo me creía el rey del mambo, me hubiera planteado ni de coña sacrificar 9 meses de mi vida para vencer las olas, remontar collados a golpe de pedal, y calzarme las zapatillas por vencer a mi cuerpo con un solo arma: la voluntad… Eso es lo que ha hecho un joven llamado Oscar Lajo. No es rico ni famoso, y curra 40 horas semanales. Pero inventa tiempo para entrenar sus músculos y su mente contra el desfallecimiento, con la única ilusión de llegar a meta en Lanzarote en Mayo. 

Pase lo que pase, ya nos ha demostrado a todos los que le hemos visto estos meses que es más fácil que yo me haga del Madrid a que él se rinda. Quien quiera seguir esa aventura, que visite su blog y le anime (Óscar-Reto Ironman) Personalmente Óscar, te hago saber que voy a comprarme ya mismo un buen sombrero para descubrirme ante tal alarde de superación personal. No te hace falta llegar a la meta. Hace ya meses que la cruzaste, aunque no te hayas dado cuenta... Y brindo por ti y por tanto anónimo que, sin más combustible que el coraje, emprende un viaje a través de su propio físico y descubre que está en un territorio sin más frontera que la voluntad... ¡Chapeau!