¡NESSUN DORMA!...JUEGA EL BARÇA

¡Nessun dorma! ¡Nadie duerma! Así comienza la maravillosa aria de la ópera Turandot, de Puccini, que el inmortal Pavarotti bien podría haber cantado, en directo, antes de cada una de las Finales en las que el Barça ha construido la mayor Leyenda que nadie pueda recordar en la Historia del Fútbol. Hubiera sido El Tour de “Nunca Jamás”, en el que Lucciano hubiera anunciado con esa voz sin igual cada Obra de Arte que “El Equipo de Todos los Tiempos” ha regalado al mundo. Un Tour con decenas de festivales en el Camp Nou en estos 4 años, con varios recitales en Chamartín ante el silencio respetuoso del todo Madrid, comenzando con ese 2-6 del 2009, y con culminación en veladas para la gloria en Valencia 2009, Roma 2009, Mónaco 2009, Abu Dhabi 2009, Barcelona 2010 (5-0), Londres 2010 (2-2- con el Arsenal), Wembley 2011, Mónaco 2011, Tokio 2011 y Valencia 2012.

El protagonista de esa ópera, Calaf, averiguó la respuesta a los tres enigmas que le daban derecho a desposar a la princesa Turandot, de la misma manera que Guardiola y sus chicos han descifrado todos los secretos que seducen a la pelota hasta someterla a los ritmos, toques, efectos y caricias con la que esta quinta de chavales de la Masía ha encandilado al planeta en este último cuatrienio...de momento. Porque le mejor chiste del año es ese que dice que "se acabó un ciclo" cuando el Barça ha gando ¡cuatro títulos! este año. En efecto, la obra esculpida por Josep Guardiola con los cinceles de oro de la Masía, es tan sublime, tan sutilmente gigantesca, que por mucho jornalero de la ignominia que habite en los medios vendidos a la Mafia, es imposible afear lo perfecto.

Como de costumbre, se intenta minimizar a cada rival al que el Barcelona obnubila con esa sinfonía de movimientos “non stop” de once tipos a los que ¡les faltaba medio equipo titular! ¿Alguien se ha parado a pensar cómo es posible semejante recital sin Valdés, Alves, Puyol, Abidal y Villa? Pues os lo diré yo: Estamos ante el modelo de juego más cercano a la perfección que haya habido, y que se basa en el mejor centro del campo que nadie ha visto jamás. Alrededor de Xavi, Iniesta, Sergio y Messi, se puede hacer un tratado de Ingeniería de Caminos imposibles de descubrir para cualquier rival, todos ellos con el mismo final de trayecto: el dominio absoluto de todos los vectores del juego, y con ello la victoria arrasadora salvo circunstancias extrañas.

Os intentarán convencer de que al Athletic le ha pasado lo mismo que en Bucarest. Incierto. Allí salió con cierta empanada con el balón, como ayer. Pero ni de coña se vio arrollado por el Atlético de Madrid, sino que fue víctima de varias genialidades de Falcao a la contra. Nada que ver. Rondó el empate antes del 2-0, y tuvo muchas ocasiones para acercarse en el marcador y recomenzar otro partido ante un equipo que no es superior a ellos. Es cierto que Amorebieta podría matar a Bielsa por ordenarle perseguir a Messi, y que sentar a Herrera es renunciar a la pelota con la que han hecho maravillas todo el año. Pero siempre les dolerá más lo de la Europa League que lo del Calderón, porque como bien ha declarado Susaeta: “El Barça cuando está bien es el mejor equipo del mundo…y cuando no está bien…posiblemente también”.  

Y resulta que el Barça no ha estado bien… sino imponente. Guardiola ha puesto a cada peón en su sitio, sin aventuras, y ha fulminado al Athletic como lo ha hecho con todos los equipos estos cuatro años. La inmensa mayoría de futboleros vemos los partidos en TV. Y os aseguro que no es suficiente para ver muchas de las razones de esa Sinfonía Infinita. Y el que dirige la música se llama Xavi Hernández. Si el Barcelona tiene un mérito infinito este año es porque, a pesar del sóleo de Xavi, se ha necesitado un comando de árbitros sin escrúpulos para birlarle la Liga, y un retorcido duende para caer ente el Chelsea. Pues bien, si ese músculo del gemelo del egarense le hubiera dejado en paz, apostaría lo que tengo a que ni con esas el Barça hubiera caído ante equipos tan netamente inferiores como Madrid y Chelsea. Porque Xavi es el Dictador más  impresionante que haya dado este deporte. Es el Señor de los Espacios, con y sin balón. El que dicta el ritmo al que deben moverse sus compañeros, y el que fija la velocidad de la pelota. Es el compositor de la danza más maravillosa que pueda verse en un estadio.

A otro que hay que verle en directo es a Busquets. Un tipo desgarbado que ¡ha hecho olvidar a Touré Yayá!, y que se ha convertido en el ancla del mejor club y de la mejor selección del Planeta…¡Casi nada! La precisión de este tío para estar en el sitio y el momento justos para recuperar la pelota o para apoyar las transiciones, la firmaría cualquier relojero de los que reparaban muelles de espiral con unas pinzas y una lupa.

Y si hemos visto otra maravilla blaugrana colectiva es porque, por primera vez en ¿cuánto tiempo?, ha habido dos semanas para recuperar el físico, y, ¡por fin! hemos visto a once tíos en forma. Y cuando están en forma Pedro y Alexis (otro al que hay que verle en el campo para darse cuenta de que es un quebradero de cabeza total), Messi se convierte en un asesino en serie porque los rivales lo tienen en chino para salir de la cueva.

Y cuando Piqué está a ritmo de crucero, es tan vital para salir de atrás con categoría, que estoy absolutamente convencido de que fue Valdés quien eliminó involuntariamente al Barça en Champions al noquear a Gerard, que ayer dio una exhibición en plan Piquembauer, bien acompañado por el mejor fichaje del Barça en mucho tiempo: Mascherano, al que yo propongo hacer un monumento.

Ocurre además que Andresito está sin molestias. Y éste es uno de los genios que ha dado este deporte, y si no vive en la misma galaxia que Messi, Maradona, Pelé, Ronaldinho o Cruyff es únicamente por que el dios del gol solo le ilumina de vez en cuando, eso si, con una potencia deslumbrante. Don Andrés Iniesta ofreció el Viernes otro recital que lo encumbra como lo que es, una simbiosis entre Zidane y Laudrup. Porque cada toque es una obra de arte, como lo era en Zinedine, y además, como Michael, es una máquina de dibujar pases de gol, y se siente atraído por ese poste contrario al que visita varias veces por partido, traspasando contrarios como si fuera el hombre invisible. Todo ello le ha convertido ya en uno de los mejores centrocampistas ofensivos de la Historia.

¿Y qué deciros de Messi? Guardiola lo ha clavado: no hemos visto ni veremos nada igual. En un fútbol como el de hoy, la única opción de romper sistemas ultradefensivos es tener algún tipo capaz de dejar sentado a uno o dos rivales. Iniesta es uno de ellos… Pero Leo destroza 3, 4 y hasta 5 cinturas un partido si y otro también. No tiene límite.  El pie izquierdo de Iraizoz evitó otro gol más para la Leyenda de Lionel, en una jugada desde el círculo central, evitando un par de hachazos, e imprimiendo otra más de sus obras de arte, con aceleraciones supersónicas y un par de frenazos contra las leyes de la física. Como dijo alguien: “Cuando se te va en velocidad ni le ves…pero cuando frena te destroza”. Leo es Maradona todos los días, pero además es Pelé y Romario goleando, es Cruyff cambiando de ritmo, es Xavi temporizando, es George Best driblando…Da vértigo pensar hasta donde va llevar sus records personales y colectivos si los avatares del destino le siguen respetando en el tema de las lesiones.       

A pesar de que todos hubiéramos preferido un partido más disputado, el Barça ha arrollado al finalista, como en Roma, Mónaco, Abu Dhabi, Wembley o Tokyo. Pero la Final de Copa ha sido la fiesta que se esperaba, con el borrón del famoso himno, un mix de falta de respeto vergonzosamente masivo de gente a la que le importa un carajo buena parte de la España en la que viven, y meteduras de pata hasta las trancas del gremio más repudiable de la sociedad junto al de los periodistas deportivos: los políticos. No perderé un minuto de mi tiempo en hablar de un tema tan intrascendente par mí como todos los asuntos que se manejan utilizando a la muchedumbre cuan “teleñecos”, sea de un lado o del otro. Paso.  

Y ha sido una Fiesta porque acudían dos equipos repletos de jugadores de la casa, entrenados por tipos honestos con su profesión y con el balón, y dos aficiones capaces de movilizarse masivamente por la pasión que despierta en ellos cómo juegan sus chicos, esos a los que siguen desde que eran cadetes. ¡Qué felicidad! ¡Qué gozada poder asistir a una Final sin tipejos contaminantes que puedan intoxicar un partido! He sentido el mismo alivio que el año pasado en Wembley, idéntico al que hubiera experimentado si el gafe que hizo caer al Barça ante el Chelsea se hubiera pillado la baja, y hubiéramos podido ver un Barça-Bayern en Münich. La razón es obvia: hablamos de equipos que engrandecen este deporte por la sencilla razón de que están entrenados por Caballeros como Ferguson, Heynckes, Guardiola o Bielsa. ¡Qué lujo! 

Las alimañas a sueldo, ante la indiferencia que produce el juego del flamante campeón de Liga, han intentado manchar la maravillosa despedida del mejor entrenador que hemos visto. Llevan dos semanas dando la barrila con que si traición de Tito, que si se lleva a matar con Sandro, que si “Pig Sostres” escribió verdades como puños, que si Laporta y Cruyff… quequequequeque…. ¡Qué pereza me dan los murmullos de alcahuetillas de aldea! La imagen del Viernes quedará grabada para los restos: un entrenador que ya es un Mito, ha rubricado su etapa con otro partido indeleble, y ha compartido su felicidad con sus jugadores y sus técnicos, mientras levantaba su título nº 14, ese número que llevó en la espalda el tipo que inyectó en el Barça un preparado mágico al que todos los aficionados honestos de la Tierra ya son adictos gracias a Pep y sus enanos…La misma pócima de la que disfruta la Roja, por cierto.

Por eso, cuando uno asiste a partidos como esta Final, y ve que las alimañas de la noche intentan emponzoñar algo tan límpido como el fútbol de este Barça de Guardiola, dan ganas de cantar como Pavarotti al final del Nessun Dorma:

¡Noche, disípate!

¡Tramontad estrellas!....

¡Al alba venceré!