LA GRANDEZA DE SER UNA LEYENDA...MEJOR DICHO, DOS

Vaya por delante que el Barça lleva un par de semanas sumido en una espesura ilógica ante el gol, algo que intentaremos analizar en este artículo, por supuesto. Y que comprendo absolutamente que, para cualquier madridista de los de pura cepa, o sea, anti culé, esta es la semana de la alegría. Normal que la masa profundamente merengue brinde por ello, ya que es su máxima aspiración al disfrute, dado que el juego de su Real Madrid en los campos de Europa, en los últimos 10 años, ha levantado la misma admiración que yo despertaría pasando modelos de lencería fina.

Lo que da más coraje es la borrachera de inquina de toda esa pléyade de juntaletras y lenguas viperinas al servicio de una causa tan imposible como bastarda: empujar al Barça y a Messi por el sumidero de la historia. Pero intentemos olvidarnos de la carroña ideológica que nos asola, y analicemos qué coño le ha pasado al Barça esta semanita de pasión. Apuntemos primero lo evidente:

Lo del Chelsea es algo histórico: la plasmación de dos milagros seguidos sin precedentes. Un equipo al que le tiran a puerta 24 veces en Londres y 23 en Barcelona, que concede 14 ocasiones de gol claras y otras tantas no tan claras pero casi, que le tiran 4 veces al palo, que le fallan un penalti, que su portero las saca de todos los colores, y que tira tres veces a puerta y mete tres goles en el descuento…Eso no es un equipo, es una especie de nave extraterrestre con un aura protectora que ríete tú de Encuentros en la Tercera Fase.

Ojo, que no solo han sido la suerte y Peter Cesch, sino que en esa nave había tres marcianitos que se han orinado en la lógica:

Lampard, que ha dado los dos pases de gol que han dinamitado la eliminatoria.

Ramires, receptor de ambos pases y ejecutor del Barça con la arrancada en banda en Londres y con un golazo  a lo Messi hoy.

Drogba, retratista del único defecto sempiterno del Barça de Guardiola: la impotencia total y absoluta ante cualquier balón que baja con nieve.

Y el resto, o sea todo, lo ha puesto el Barça, para bien y para mal. Lo que ha marcado la eliminatoria ha sido la falta de eficacia más increíble que recuerdo en un equipo grande en décadas. Y eso, cuando llegas justito de fuerzas a estas alturas de temporada por la epidemia de lesiones, se paga caro. No puede ser que se tiren 47 veces a puerta en dos partidos y que solo se anoten 2 goles. Ya pasó en Milán, pero ellos no fueron tan efectivos como los ingleses. Pero es que los de Abramovich han sido especialmente crueles castigando sin piedad en el descuento de la 1º parte de Londres, y en el descuento también de cada parte de hoy…Ni el más retorcido de los guionistas podría imaginar algo así.

Porque es cierto que el Chelsea, como el Inter hace dos años, como el Madrid el otro día, no deja de ser otro equipo más de los que, en estos años, han ido haciendo un Master para ver como destruir el juego de un Barça que ha sido y es el equipo con mayor superioridad futbolística que ha existido jamás. Nadie ha encontrado el antídoto para quitarle la pelota ni para no ser dominado. Ni siquiera se lo han planteado. Nadie consigue salvar la sensación de impotencia y de inferioridad ante ellos. Solo aspiran a entorpecer el “Passing Game” que es la admiración del mundo desde hace años. Pero lesiones, bajones de forma y algunas decisiones discutibles de Pep han facilitado la tarea a tanto “Terminator” con carnet de entrenador. Y naturalmente que hay que hacer autocrítica. Repasemos los puntos negativos aunque, a pesar de ellos, el Barça, lo diga Agamenón o su porquera, mereció esta semana exactamente lo contrario de lo que le ha pasado, porque ha sido superior a Madird y Chelsea. Relacionemos los defectos, para que no nos tachen de ciegos:

• Valdés ha fallado esta semana en los dos goles del clásico, y en dos salidas hoy: la que ha noqueado a Piqué y la del primer gol. Es algo que no se le puede reprochar dado su maravilloso rendimiento tantos años, pero si hubiera estado a su nivel, otro gallo cantaría.
• La línea de tres atrás da más opciones de la cuenta a equipos muy inferiores, o sea, a todos…porque TODOS juegan a cerrarse y buscar el fallo, por muchos millones que pongan en el césped, y por mucho que la Mafia se gaste para que digan lo contrario.
• La inutilidad del Barça ante cualquier balón que baja del cielo, es directamente lamentable, y le penaliza con ocasiones contra cualquiera que tenga un tipo alto y fuerte delante. Piqué  debería ser el hombre perfecto para arreglar eso, pero así como Dios le dotó con centímetros y clase, no le otorgó la agresividad para atacar los balones por alto sin que nadie ose disputárselos.
• Lo de Alves este final de temporada ha sido una decepción importante. Le disculpo porque arrancar de extremo es una orden que nadie debiera darle nunca. Pero, en cualquier posición, ha resultado una maquinita de perder balones impropia de su categoría. 

• La baja de Abidal ha sido tremenda, y van dos finales de temporada seguidos. Aparte de gran lateral, es un imponente central zurdo que saca el balón como nadie…y con altura. Una gran putada futbolística, mayor de lo que la gente cree.
• Xavi está penalizado por ese sóleo maldito que le merma más de lo que parece. Y se ha visto perjudicado por el experimento Cesc, que cuando están él e Iniesta en el campo, no ha terminado de cuajar. Más bien al contrario, crea un atasco en el balcón del área que dificulta el tráfico.
• Las lesiones de Villa, Pedro y Alexis han acabado por colgar al Barça de los goles de Leo, y por remarcar flagrantemente lo que ya era evidente: que es el mejor de todos los tiempos…Pero eso no es factible demostrarlo el 100% de los partidos, aunque sea eso a lo que nos tiene acostumbrados este niño de 24 años.  Han bastado 10 días de flojera, de falta de chispa, de desacierto y, sobre todo, de mala suerte ante gol, para que se haya echado a perder la mejor temporada que jugador alguno haya hecho jamás. Imaginad que le entran los dos tiros al palo de hoy, o la que ha fallado desde dos metros de puerta al principio. Estaría el Barça en la Final y Leo con el récord de goles en Champions…El azar no es que haya estado travieso, sino más bien cabrón.

Lo que pasa con Messi es que, como es el más grande con años luz de ventaja sobre el resto, incluso en días malos genera ocasiones, da asistencias, rompe un mínimo de 3 ó 4 veces las murallas contrarias…Pero como, en este Barça, Leo está condenado a culminar lo que él mismo fabrica, hay muchos gilipollas a los que les pone cachondo minimizarle si no marca. No se dan cuenta de que eso es como si se la menean sin culminación orgásmica, con perdón. Son esa hez del periodismo deportivo a los que les gustaría que el Balón de Oro lo siguieran dando sus coleguitas, porque al ser dicho colectivo un cruce entre forofos descerebrados y plumillas de alquiler, creen que la categoría de “mejor del mundo” la otorgan los títulos. Por eso daban galardones a Cannavaro, Matías Hammer…etc. Ahora resulta que lo dan capitanes y seleccionadores, y aunque hay mucho desinformado de países remotos, pues las opciones de Leo siguen en todo lo alto. Faltaría más.

Pero no conviene al barcelonismo caer en la melancolía. ¡Hala majos!, que como decimos en mi pueblo “Pa las cuestas arriba quiero mi burro, que las cuestas abajo…yo me las subo”. Soy el primero que me rebelo contra estas hostias del destino cuando impiden que el equipo que es la Bandera más deslumbrante del Fútbol, siga viendo su tarea adornada por los grandes trofeos. Pero pensad que el Barça sigue siendo la referencia en el mundo sin la menor duda, mal que le pese a tanto tontolaba. Y la razón es clara: nadie le llega en la práctica del fútbol ni al tobillo. Ya pasó con el Inter de Mou-ruin hace dos años. Este tipo de derrotas no borra las exhibiciones globbertrotterianas que el Barça ha dejado por todos los campos del mundo, a las que nadie se ha aproximado ni por asomo. Y para quitarle ese trono, hace falta un poquito más que un ejército de periodistas con el culo en pompa aupando al Olimpo a equipos que insultan al fútbol cuando, teniendo un cheque en blanco para fichar estrellas, ceden el 70% de la pelota y el centro del campo, y fuerzan a jugadores de talento a jugar cuan perros de presa contra el Barça, esperando el fallo o el milagrito de turno. Lo pinten como lo pinten, eso no trasciende, ni vestido de pegada, ni vestido de “jamoncitos del porompompero”. ¡Y luego se quejan de que ni ganando se les admira!  

¡Qué no cunda la depresión amigos! Este año no ganará el mejor ni la Liga (adulterada aunque lo oculten con la victoria en el Camp Nou), ni la Champions. Pero recomiendo tomárselo a cachondeo. Mientras ellos se emborrachan de inquina, los que adoramos este deporte estamos “alcoholizados” por ese cocktail de Masía y Messi que crea adicción.

Pero sobre todo muchachos, el fútbol es importante para mucha gente, claro que si, pero hay tantas cosas en la vida trascendentes, que deprimirse por una derrota sería pecado mortal. Conviene tomarse estas cosas a cachondeo. Y más en estos tiempos en los que, como diría Chiquito “ Está la cosa mu mala, mi mujer se ha ido a vivir con otro…y me he tenido que ir a vivir con ellos…”

 ¡Ah!..y abstraeros de tertulianos marquissstasss, puntopeloteros, y demás gente de mal vivir que, como nos muestra Forges, alteran la evolución del hombre. Son esos que ahora presumirán del tiqui taca en la Eurocopa si ganamos…o lo denostarán si perdemos. Da igual. Por mucho que rebuznen, solo hay una cosa más difícil que enterrar una Leyenda: ¡Enterrar a dos!: El Barça y Lionel Messi. Demasiada faena intelectual para esa peña de "homos tonticulus"