BARÇA: SENTIDO COMÚN VERSUS MAFIA

Comprenderéis que el pinchazo de hoy en Cornellá no altere un ápice la opinión de cualquier homínido que no pertenezca a la Mafia Blanca y que posea un coeficiente intelectual detectable. Ya escribí en uno de mis artículos hace meses que el mundo del fútbol lleva años haciendo un Master en el que se estudia cómo coño se le quita la pelota al Barça.  El problema es que no hay profesor que pueda impartir las clases, y así no hay quien pague la matrícula del curso. No voy a ser yo el listillo que presuma de sabiondo porque el asunto se las trae. Pero al menos merece la pena hacer aquello que ya se han dado cuenta, en el universo todo, que es lo único que se puede hacer: estudiar los principios que han llevado al Barcelona al lugar en el que se encuentra.

Ya hemos explicado cientos de veces que el edificio se fundamenta en sacar la pelota jugada de atrás, llevarla a centrocampistas de toque, movimientos y desmarques continuos en corto, y uno contra uno arriba. Eso, junto al juego de posiciones que activa una especie de “caza inmediata” de la pelota cuando se pierde, describiría más o menos el estilo Barça…¿Qué fácil es escribirlo verdad?

Sin embargo, toda esa estructura es imposible de imaginar sin apostar por un tipo de jugadores muy concretos. Y esa apuesta del Barça conlleva riesgos, pero se basa en el SENTIDO COMÚN, en la propia naturaleza de este deporte: mantener la pelota. Volvamos a la infancia, a esa época del cole, antes de dar el estirón. Era y es muy fácil identificar a los mejores. Entre esos cuerpecillos frágiles, siempre ha habido al menos un enano en cada clase que llevaba la bola cosida al pie, que tenía una facilidad innata para el regate, al que no había dios que le quitara el balón, aún con media clase persiguiéndole por un patio que, en mis tiempos, era de piedras o estaba asfaltado a mala leche, para sembrar de escorchones las rodillas de los críos. El FCB lleva 20 años en esa línea. Y Guardiola ha llevado al equipo a la cima del mundo, apoyándose en unos “sherpas” que ya eran los amos de la pelota antes de tener pelos en las piernas.

Tuve la suerte de jugar en un modesto equipo Regional con gente muy buena técnicamente. La sensación de dominio que daba tener atrás a defensas que no daban pelotazos al cielo, junto a medios que no perdíamos balones idiotas, es algo indescriptible. ¿Es tan complicado entender que la confianza de un grupo de multiplica hasta el infinito cuando sabes que cada balón que pasas a un compañero está a buen resguardo? ¿Sabéis los kilómetros que los jugadores se ahorran por el hecho de que nadie tenga apenas errores no forzados en el pase?

El ingrediente mágico de este Barcelona no es otro que tener el Norte más lógico de la historia del fútbol: Si tienes la pelota, no te marcan goles. Y tras 3 años arrasando, Guardiola ha dado varios pasos más allá:

1º No necesita más de tres defensas cuando tiene el balón…incluso a veces con dos vale. Con eso consigue recuperar la pelota más rápido, y casi siempre cerca del área contraria. Arriesgado…pues si, pero unos minutitos por partido, salvo empanada como la que acabo de vislumbrar en la 1ª parte en Cornellá. Este sistema no permite perder balones, y el Barça hoy ha perdido una docena…lo nunca visto.

2º No le interesan delanteros puros, salvo que sean auténticas balas con gol, y que actúen como primera línea de presión. Por lo que sea, prescindió del mejor en eso: Samuel Etoo. Nadie lo ha podido suplir…porque no hay nadie como él. Con tres cuartos de Pedrito, cuarto y mitad de Villa, y la garra de Alexis, va encontrando soluciones para que Messi no esté obligado a ser el “chico para todo”.

3º La preponderancia del Barça se basa en los centrocampistas, incluida la reconversión a medios de jugadores que han deslumbrado como delanteros desde que les salieron los dientes. Guardiola no tiene dudas. Si puebla el medio campo y despeja el área enemiga, la empanada de las defensas contrarias se acentúa. Porque si los zagueros salen a buscar a sus pares, quedan desprotegidos ante la especialidad de la casa: las penetraciones a base de paredes a la velocidad de la luz. Si se quedan en su guarida, el baile con superioridad en medio campo acaba por minar al equipo entero, y plantados a pie quieto, ven llegar en velocidad a tipos a los que le resulta excesivamente fácil convertirles en estacas virtuales.

Esta es la realidad. Los Messi, Xavi, Cesc, Iniesta, Thiago, Piqué, Alves, Abidal, Cuenca, Pedro …etc., son esos nenes de la clase que nacieron con un balón adosado al pie. Para el fútbol ramplón que los Bilardos, Clementes y Mous de turno nos habían endilgado como terrible penitencia durante varias décadas, es directamente letal enfrentarse a gente a la que se la suda el pressing y el aliento en la nuca…salvo que el de negro deje hacer docenas de faltas al rival. Porque todo ese castillo de naipes basado en el músculo, se derrumba en el momento que un Iniesta o un Messi dejan dos tipos sentados, o cuando un Xavi o un Cesc se dan esa vueltecita y dejan al musculitos de turno para pedir hora en el enderezador de vértebras. Le añades la salsa de averiguar cómo juegan chavales como Thiago o Cuenca, y ya tenemos el lío armao.

No hay más secretos. El FCB va a seguir abasteciéndose de tipos que sepan guardar el santo grial, que tengan uno contra uno, y a los que no les tiemblen las canillas al entrar al área y tirar a gol. Todos van a ser falsos delanteros y falsos defensas. Su razón de ser y su destino, es poblar los 30 metros que van de la línea que divide en dos el campo hasta el área contraria, convirtiendo esa franja en un sudoku de categoría sideral.

Ojo, que nadie se engañe. El fútbol es y siempre será de los jugadores. Ahí esta la X de la ecuación: Messi ha sido uno más del planeta Tierra hoy, y el Barça no ha ganado. Pero resulta que el Barcelona ha conseguido, desde el 74, fichar al 100% de los jugadores que han hecho época: Cruyff, Maradona, Romario, Ronaldo, Ronaldinho y Messi. Es el no va más en aciertos. ¿Qué pasará el día que le falle la magia para fichar al marciano de turno?. Esa es la incógnita por despejar, aunque el estilo les mantendrá en la ruta, seguro.

Por eso, cuando los jugadores tienen un día tonto como hoy, no hay entrenador que valga. Los jugadores del Español rascan con todo cada año contra el Barça, y suelen ser corderitos ante el Madrid. Y tienen todo el derecho a odiar al vecino poderoso. Se han merecido ir ganando al descanso, aunque al final haya hecho falta un árbitro que dejara hacer tropecientas faltas, algún jugador pasado de vueltas (Álvaro), y otro penalti más birlado por la jeta, para quitarle dos puntos a un Barça que no ha merecido más hoy.

Tranquis, que el sudoku no ha sido descifrado. Los profetas del fin de ciclo aullarán de nuevo a la luz de la Luna. Son esa panda de “cavidades craneales” absolutamente hueras de mente y de ética profesional, que han convertido su profesión en una casa de lenocinio, a base de ser el Felpudo a sueldo de “Il Capo” de turno. No se dan cuenta de que, cuando el Capo se vaya 5 minutos antes de que le saquen a hostias, y dejando deuda para dos o tres generaciones de ciudadanos, entonces el Felpudo quedará listo para el contenedor verde de la basura, y muchos de ellos deberán dedicarse a profesiones más acordes con su amoralidad. Amén.