Admiro
a Rubén Uría, y de hecho es de los poquitos periodistas deportivos que merece
un respeto. Su artículo, “El juego limpio que señala el camino”, me pareció
sensacional, certero, y absolutamente veraz. Pero,
¡ay amigos!, con la MAFIA hemos topado, y al igual que a otros tantos, al pobre
Rubén le han debido decir algo así como “tranquilo, que no es nada personal,
que son los negocios... o reculas sobre los escrito, o parecerá un accidente” Yo
no me voy a cebar con este excelente periodista. Soy un simple bloguero,
aficionado a maljuntar cuatro letras. Pero confieso que me da coraje ver que, de
vez en cuando, a gente como él o incluso a Segurola, les hacen bañarse con la
nariz tapada en esta desembocadura de aguas fecales que es, mayoritariamente,
el periodismo deportivo pro-Real Madrid.
Yo
creo que lo que se está viviendo en España, en lo que a fútbol se refiere, en
los últimos años, daría para que un guionista de Hollywood hiciera un thriller
basado en conspiraciones, mentiras, calumnias, chantajes, amenazas y sobornos.
Y todo ello con un único fin: mancillar al Barcelona y maquillar la ordinariez
del Madrid. Sobre la existencia de esa trama repugnante no me cabe ni la menor
duda. Hay una crisis que te cagas, y los sicarios mediáticos que manejan el
tinglao, gentuza sin atisbo de dignidad, están de rebajas.
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¡Y acusa de teatreros a otros, el angelito! |
La
espoleta esta vez se ha reactivado con el Barça a 8 puntos...el Atlético de Madrid a otros 8, y 2 semanitas sin Liga. Consecuencia: los restrenos de las películas "El Madrid fichará a Falcao, figura rival" y, sobre todo, “Pepe voló
sobre el nido del cuco”. De lo de Falcao, 50 veces mejor jugador que CR7, no hablo, pues la mafia sabe como tocar las pelotas a las aficiones rivales. Pero de lo de Pepe si. En cualquier país normal Pepe, el tipo más violento y más piscinero del mundo, no tendría licencia para
jugar desde hace años. Y en cualquier país con medios de comunicación no repletos
de prostitu@s hasta las trancas, las declaraciones de Pepe sobre los jugadores
del mejor equipo de todos los tiempos, que a su vez son los que
mayoritariamente han configurado la alineación, el estilo, la excelencia, y los
títulos de la Roja, le hubieran supuesto no volver a jugar jamás sin previa
emigración a algún país lejano.