Ferragosto. No hay chulo que
aguante este calor, y menos después de terminar una temporada en la que una
Champions y una Eurocopa embusteras hasta el esperpento son manipuladas por esa
Mafia mediática que asola este país para intentar trincar sin rubor otro
baloncito de oro. Todo el que conoce este deporte es consciente que el
candidato de cartón piedra que encumbran a cambio de parné, no ha estado ni entre los 30 mejores de Europa este
año. Pero se la suda. La merengada se ha acostumbrado a
presumir de ídolo de plastilina, y de títulos inmerecidos como si se pudiera
sacar pecho cuando los del pito o los de las bolitas contaminan la competición.
El mundo vive la supremacía absoluta del Barça y de Messi, que de forma
incontestable mantienen su superioridad evidente en los campos de juego salvo
contadísimas excepciones. Pero la mass media española va a su aire... Comen de
otro cuenco, no del análisis objetivo del deporte. Les vale más cada pócima a
base de sorteos, silbatos y potra de último minuto, que la belleza del juego o
los méritos de los rivales.
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La mejor jugada del luso en la Eurocopa... ¡Chupar cámara! |
Por eso, aun en verano, se sigue
repitiendo la foto de cada año. Una jugada de Messi opaca a un Madrid
obscenamente suertudo, y no solo eso, sino que acaba con cualquier esperanza de
que un cerebro bien regado ose que lo comparen con Cristiano, ese
bluff-franquicia de Tito Floren, incapaz de dibujar una jugada para el
recuerdo. Para los gilipuertas que blanden los números de CR7, decirles que la
superioridad de Leo es tan aplastante que cuando se retire no habrá quién coño
se acuerde del narciso. Messi lleva 29 títulos en 533 partidos, mientras ese al
que la prensa ha logrado que idolatren sin verle hacer nada talentoso nunca, ha
necesitado 671 encuentros para ganar 19, o sea, ha tenido que jugar 138
partidos más, para ganar 10 títulos menos. De la cuota de influencia en cada
título mejor no hablamos, que me da la risa floja.