Cuando la vida hace que unos padres tengan que enterrar a un hijo, chirrían
los engranajes naturales de la existencia, y el dolor se multiplica entre
familiares, amigos, y admiradores. Lo que no cuela, al menos para mí, es tanto “acompañante
de ocasión” en el cortejo fúnebre, tanta lágrima de cocodrilo, y tanto “jabón”
desde mucha gente y, sobre todo, desde muchos medios de comunicación que jamás
le dieron ni bola a Tito en esa época que, de forma sibilina, llaman la “del
mejor Barça de la historia”, cínica manera de evitar decir lo obvio,
que hemos visto “al mejor equipo de todos los tiempos”.
Tito vivió como se ha ido: con discreción, sin alharacas, y en un segundo
plano a pesar de ser pieza clave del juego más bello que haya parido el fútbol
mundial. Y por ello, y por ese cáncer asesino que le ha negado muchos años de
protagonismo, resultaba complejo, desde la distancia, mitificarle en vida. Lo que pasa es que viendo las reacciones de gente poco dudosa como
Iniesta, Puyol o el mismo Keita, se da uno cuenta de que este hombre no solo
tenía el respeto como persona de bien de todo el grupo, sino que era admirado
por todos ellos como estratega de campanillas, incluido un tal Leo Messi al que
Tito dio la titularidad en el sub-16 del Barça, y que le demostró su lealtad
siendo la llave de los 100 puntos que adornarán por siempre la única temporada de
Vilanova como cabeza de cartel, maldito año en el que se enfrentó a un reto
impresionante tras irse Pep, y lo tuvo que hacer mientras discutía cara a cara
con su destino.
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¿Enterrarán el hacha?... Lo dudo |
¿Servirá esta muerte temprana para enterrar el hacha de una guerra civil
evidente desde que se fue Laporta? ¿Se avergonzarán aquellos que acusaron a
Tito de traidor a Pep y de “pelele” de Sandro, encanallando las facciones Laporta/Guardiola y Tito/Rosell? ¿Y los que le tacharon de mediocre por la derrota ante un Bayern que anotó ¡tres goles! por
el morro en la ida, y restaron importancia a una Liga
ganada con una superioridad insultante? ¿Se arrepentirá Rosell de esa vendetta
de los avales contra su enemigo que, en mi opinión, es lo que le ha costado
dimitir? ¿Y Laporta y sus palmeros, dejarán de mandar a sus huestes que "agiten el nogal" tras esta
pérdida? Fijaos que hablo únicamente de supuestos “barcelonistas”, porque meter
en este artículo a sicarios de la palabra, o a los que promocionaron y
permitieron lo de “tu dedo nos enseña el camino”, sería ensuciar este escrito.