
En este "partidazo", y van varias veces este
año (Depor, Málaga, Sevilla, Real Sociedad…), el Barça ha dejado que muchos
minutos de la 1ª parte y algunos de la 2ª el partido fuera una estúpida e
innecesaria ruleta rusa, mostrándose como un equipo absolutamente partido en
dos, sin ocupar su jardín privado, que es el medio campo, y ofreciendo la ordinaria fotografía de una
distancia kilométrica entre defensa y ataque, foto típica y
habitual del Madrid. Y eso le divertirá a mucha gente, pero a mí me parece un insulto a todo lo que ha hecho del FC Barcelona el mejor equipo de todos los
tiempos. Y me cabrea. Y más sabiendo que se deja pasar la ocasión de
retratar de nuevo a esta banda de voluntariosos en la que Mou convierte a plantillas
millonarias.
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Imperiales ambos |
Pero analicemos el partido. Las bajas
sensibles del Madrid, en mi opinión, eran las de Coentrao y Di María, porque
Essien no está para estos trotes, y porque el Payaso es un incordio al que
Callejón no puede suplantar. Los “sollozos” merengues por Pepe y Ramos me
producen risa, porque Carvalho es un especialista más que solvente, y Varanne va para figura de las
grandes, lo vengo twitteando y comentando hace días. Tiene más clase que todos los centrales del Madrid juntos. El Barça
presentó su once “tipo”, que es sinónimo de sinfonía si está a su nivel medio, y
garantía de sustos cuando se pierden balones tontos, especialidad de Alves a la
que hoy se han sumado varios de sus compis a ratos, empezando por Xavi y Sergio la primera parte, y Pedro todo el partido. Menos mal que Piqué se ha marcado un partido acojonante a pesar del piscinazo que le ha regalado Cristiano en el minuto uno, con Clos al aparato para tarjetearle y anunciar su criterio merengón, para variar.